HACIENDO MEMORIA: publicado el 24-6-2009
«Si el peronismo, que es el garante de la gobernabilidad en la Argentina, no se da un debate por la reconstitución partidaria estaremos una vez más en las puertas del abismo», se arriesga a decir el escritor Abel Posse. Para el ex embajador argentino en España, más allá de la danza de nombres como los de Reutemann, Eduardo Duhalde, Jorge Busti, Juan Schiaretti o Juan Carlos Romero lo que «se necesita es que haya una alternativa a la falta de una conducción republicana del poder».
En rigor, el PJ pondrá en juego a partir del 28 una «nueva organización de liderazgo», como lo plantea el profesor del Conicet Ricardo Sidicaro. Para este investigador de la historia del PJ lo que en verdad se definirá después de los comicios es en qué medida el nuevo líder estará condicionado a los poderes territoriales y a los proovedores del sufragio. «El peronismo siempre demostró una gran capacidad de flexibilización de sus ideas a la hora de ponerlas en práctica con lo cual el debate de izquierda-derecha no será central», añade Sidicaro.
El propio Duhalde parecería haberle dado la razón a Sidicaro cuando hace unos días deslizó a sus allegados que el peronismo podría encolumnarse con varios líderes para 2011. «Hasta podremos ir con Mauricio Macri», dijo. Es una idea que dialogan con asiduidad muchos referentes del PJ disidente ante el hipotético caso de que Reutemann no gane en las elecciones de Santa Fe. Después de todo, el pragmatismo es un sello histórico del peronismo y lo que se discutirá en última instancia luego del 28 será de qué forma se ejerce ese pragmatismo: si con mayor o menor verticalismo.
Algo de esto parece sugerir el historiador Luis Alberto Romero cuando plantea que «no hay muchas diferencias entre Reutemann y Kirchner sino más allá de los cambios de estilo que se quieren imponer: es decir, uno más republicano que otro». Romero cree que nada cambiará en el PJ si no hay un debate de fondo por las formas de reconstrucción que se le quieren dar al Estado.
El sociólogo Manuel Mora y Araujo coincide en este punto: Reutemann y Kirchner no tienen mayores diferencias en lo económico más allá del tema del campo, expresa. «El debate peronista sólo pasará por una cuestión de estilos», dice.
En este sentido, el ex gobernador de Entre Rios Jorge Busti, uno de los armadores del PJ disidente junto con Reutemann y el cordobés Juan Schiaretti, parece avalar esta idea cuando advierte que quiere disputarle a Kirchner la presidencia del PJ para «reconstruir un peronismo más dialoguista y volcado a los consensos».
El filósofo y estudioso del peronismo Silvio Maresca destaca que históricamente el PJ nunca creyó demasiado en los alineamientos de derecha o de izquierda pero señala que ahora parecería abririse un debate interno «del regreso a las fuentes doctrinarias de Perón que están más cerca de un neolioberalismo que del progresismo que porpone Kirchner».
Al parecer, sólo los intelectuales de Carta Abierta, la agrupación de pensadores kirchneristas, hoy traduce en sus documentos públicos la antinomia derecha-izquierda como eje central de la continuidad del poder de Kirchner y su modelo económico. No obstante, lo hacen desde una discusión de ideas y no desde la defensa del PJ como partido.
Sin embargo, lo que se pondrá en debate después de las elecciones del 28 es el desafío que tiene el PJ para reinventarse a sí mismo y seguir siendo eje central de poder. No será tarea fácil porque, como dijo un histórico del PJ como Antonio Cafiero «después del 28 el país va a seguir en un espiral de incertidumbre. Esta es una elección que no clausura una etapa, como sucedió en otros momentos». Cafiero, que conoce la vocación de poder del peronismo advierte: el mejor servicio que el peronismo puede brindarle al país es unirse, un deseo que hoy parece lejano.