La construcción de 22 kilómetros que bordea parte de la capital uruguaya sobre el río de la Plata, fue postulada ante el organismo debido a su importancia arquitectónica y porque representa algunos valores de los uruguayos.
«Se trata de una monumental construcción colectiva que da cuenta de distintos períodos de la sociedad montevideana» y es «la más destacada pieza urbana testimonial de la ciudad de Montevideo», argumenta el arquitecto Francisco Bonilla en la solicitud, según un cable de Dpa.
La rambla este de Montevideo es una cinta de calzada inaugurada en 1935 y en gran parte de los 22 kilómetros de extensión sus escalinatas dan acceso a playas normalmente aptas para baños. Ya cuenta con la declaración de Patrimonio Histórico Nacional.
«La rambla tiene un importante valor arquitectónico», añadió Alberto Quintela, integrante de la comisión que promovió la candidatura ante la UNESCO, citado hoy por el diario «El País».
También valoró el carácter democrático de la rambla montevideana. «Ahí se cruzan todos, el skater y el que sale a correr, el que hace campaña (política). Es que el valor de la obra como patrimonio no lo hace sólo la obra en sí, sino lo que le ponemos a ella, la carga que le atribuye la sociedad», señaló.
La rambla es «el principal espacio público de los montevideanos y además, un espacio para una gran variedad de usos sin conflictividad entre ellos», destaca por otra parte el escrito de Bonilla. «Es un lugar de igualación social como ninguno y a cielo abierto», añade.
Por cierto, especialmente en los días de buen clima, muchos uruguayos caminan, corren, patinan, disfrutan de los baños en el río, pescan o simplemente comparten el mate -una bebida tradicional que se toma con yerba mate y agua caliente-, transformando a la rambla en un punto de encuentro para amigos y familiares.