Las obras de infraestructura realizadas mejoraron la situación de los vecinos de Ramos Mejía. Sin aunque no se pueda creer en menor proporción a otras tormentas, el agua no llegó a inundar el interior de las viviendas: sólo alcanzó a las puertas de acceso. Las imágenes muestran a la Av. Gaona a 30 minutos de iniciada la tormenta. En ese momento, todo hacía presumir que en los alrededores la situación era complida, habida cuenta que los trasportes de gran porte circulaban sobre la arteria principal en contramano buscando la forma de llegar a las inmediaciones de la estación, distante a 400 metros.
Esto que ocurre en esta zona residencial, es una situación menor a las que deberán estar sufriendo en las zonas bajas. Viviendas linderas a arroyos a cielo abierto que se convierten en basurales. Desechos contaminantes que hoy deben haber ingresado a los hogares por la puerta sin ánimo alguno de darles la bienvenida.
Este es un espectáculo reiterado en el conurbano bonaerense. Esta situación no escapa a ningún distrito. Imágenes del techo de un auto sumergido en un túnel en el coqueto y rico San Isidro, donde ni siquiera tuvieron la previsión de un cartel indicador. Pero la impotencia la genera la situación de aquellos que ven que una tormenta arrasa con lo poco que tienen, y en algunos casos lo único.
La conclusión: impotencia cuando la meteorología no es cómplice de la inoperancia e irresponsabilidad de los funcionarios, no?
Ah!!! Y no es nuevo! Esto historia es de vieja data… son muchas las gestiones mirando para atrás en el tiempo que se comprometieron; y…poco (o nada ) hicieron.