LA MATANZA: ACUSADO VINCULADO AL PODER; A JUICIO

Familiares de un hombre asesinado acusan a un ex concejal de La Matanza como autor del crimen. El imputado se mantuvo prófugo hasta antes de las elecciones de 2015. Denuncia, la viuda, haber visto al imputado ingresando al despacho de Fernando Espinoza, el día que fue convocada por el entonces intendente para dialogar por lo sucedido. Otro hijo de Lizarraga sigue prófugo. El primer juicio tuvo penas de perpetuas.

Raúl Andrés Lizarraga (56) comenzó a ser enjuiciado por el crimen de un hombre en 2011, quien fue asesinado de un balazo en la cabeza cuando fue atacado por un grupo de personas en González Catán. según informó la agencia Télam.

Familiares de un hombre asesinado en 2011 de un balazo en la cabeza cuando fue atacado por un grupo de personas en la localidad bonaerense de González Catán, señalaron a un ex concejal de La Matanza juzgado por el crimen como el autor del disparo.

Raúl Andrés Lizarraga (56) comenzó a ser enjuiciado en los tribunales de San Justo ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 por el delito de «homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas y por el empleo de arma de fuego» en perjuicio de Virginio Viera (46).

El imputado, oriundo de San Miguel de Tucumán, ingresó a la sala esposado, vestido con una campera deportiva blanca y gris, pantalón de jean azul y zapatillas blancas, tras lo cual se sentó al lado del abogado defensor, Alberto Fornaro, ex presidente del Colegio de Abogados de La Matanza.

 

El titular del TOC, Alfredo Drocchi, acompañado por los jueces Matías Rouco y Andrea Schiebeler, le preguntó los datos personales al ex concejal por el Partido Justicialista (PJ), quien detalló que está alojado en la Unidad Penitenciaria 43 de González Catán, donde trabajaba en la panadería pero que por problemas de salud dejó de hacerlo.

Tras los lineamientos planteados por el fiscal Alfredo Luppino y el abogado Fornaro, los jueces comenzaron a escuchar a la primer testigo, Nancy Elizabeth Gómez, esposa de Viera durante 24 años y con quien tuvo seis hijos.

La mujer relató dos secuencias, una de ellas ocurrida el domingo 21 de agosto de 2011 cuando un grupo de unas 15 personas llegaron a su casa ubicada en la manzana 1 del barrio Rodolfo Walsh, situado en ruta provincial 1001 y avenida Intendente Federico Russo, de González Catán.

En esa ocasión, las personas armadas con escopetas tipo Ithaca y revólveres le exigieron que su hijo Matías Viera le devuelva lo que presuntamente le había robado a Raúl Jesús Lizarraga (30), hijo del acusado y que se encuentra prófugo por este mismo homicidio.

Según su relato, uno era Lizarraga padre, quien en ese momento se identificó como «el concejal de la villa San Pete», haciendo alusión al asentamiento llamado San Petersburgo.

«Me dijo que lo piense porque iban a volver a reventar la casa y matar a todos», aseguró la mujer, la cual miró al ex concejal y lo señaló como el autor de esas palabras.

Al día siguiente, alrededor de las 20, nuevamente fue a la vivienda un grupo de personas armadas que era encabezado por «este señor» (Lizarraga), que tenía un tapado gris, su hijo «Raulito», Joaquín Maximiliano Cáceres (25), alias «El Gordo», quien en 2014 fue condenado a prisión perpetua por este crimen, y otro hombre abrigado con una campera de la municipalidad de La Matanza.

«Un grupo de mujeres me pegó patadas y me agarró de los pelos, en ese momento escucho tiros y un ‘ya está, ya está’. Cuando me levanto veo a Lizarraga apuntando a mi esposo que ya estaba herido en el piso», recordó la esposa con lágrimas en los ojos.

De acuerdo a la testigo, ella le recriminó lo que había hecho y el imputado, tras apuntarla con una pistola, la empujó.

«Se fue con tal frialdad, como si no hubiese hecho nada, no entiendo porque tanto ensañamiento ya que nunca los vimos», afirmó Gómez, la cual recordó a su marido como una persona «muy buena» que se levantaba a trabajar como gasista y plomero a las 4 y volvía a su casa a las 20 «para mantener la familia».

Tras el crimen, la mujer contó que recibió amenazas para que se «calle la boca y no diga nada» y que el entonces intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, la citó dos semanas después para mantener una reunión con ella.

El diario La Nación avanza diciendo que se la habría ofrecido a la viuda de Villagra una vivienda en otra provincia para comprar su silencio. «Cuando llego a la municipalidad veo a Lizarraga que entraba con unos papeles. Empiezo a gritar que había matado a mi marido, que venga la Policía, estaba el custodio personal de Espinoza y le pedía que lo detenga», indicó.

Sin embargo, la viuda dijo que «no le dieron bolilla» porque al ex concejal lo hicieron entrar al despacho del mismo intendente, donde a ella no la dejaron ingresar, y que esa fue la «última vez» que lo vio.

La mujer terminó su testimonio acongojada, al punto que sufrió un desmayo en una sala contigua y fue asistida por dos policías y el juez Drocchi, quien le sostuvo las piernas durante varios minutos hasta que se repuso.

En tanto, Guillermo Viera, hermano de la víctima relató que la noche del crimen estaba en su casa cuando escuchó «gritos» y «amenazas».

Durante su exposición, el hombre se dio vuelta, señaló con el dedo a Lizarraga y dijo «este era» el que estaba a pocos metros cuando escuchó el disparo y vio caer herido a su hermano.

«Lo insulto y me dice ‘para vos también hay’ mientras me apunta. Había más gente pero entre diez metros estábamos mi hermano, él y yo», indicó.

Además, declaró Lucas Viera, unos de los hijos de la pareja, quien contó que el día anterior al crimen de su padre «El Gordo» Joaquín y Lizarraga, entre otros, lo amenazaron con que su hermano tenía 24 horas para devolver lo robado.

No obstante, aclaró que Matías Viera no sustrajo nada y también reconoció que el hombre que lo amenazó había sido el ex concejal presente en la sala.

Por último, cuatro empleados municipales declararon que no estuvieron en el momento del hecho pero coincidieron en que los comentarios en el barrio era que Lizarraga «se estaba comiendo un garrón» y que no tiene «nada que ver» con el homicidio.

El ex concejal se mantuvo prófugo hasta el año pasado cuando se entregó a la Justicia antes de las elecciones presidenciales.

EL PRIMER JUICIO

Otra instancia judicial por la muerte de Javier Villagra se llevó a cabo en 2013, mientras que el ex concejal de La Matanza, Raul Andres Lizarraga se mantenía en condición de prófugo.

Los imputados fueron identificados por la Justicia como Jonathan Alejandro Quiñones (28), Emiliano Román Lizarraga (23), Juan Carlos Aquino (29), Sabrina Yaqueline Lizarraga (31), Ana María Alegre (60), Elías José Galleguillo (27) y Francisco Alberto Aquino (30).

Fuentes judiciales informaron a Télam que todos ellos llegaron al juicio detenidos por el delito de «homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas, por ensañamiento y con el uso de arma de fuego» en perjuicio de Javier Emir «El Tuero» Villagra (33), por el que podrían ser condenados a prisión perpetua.

Los acusados fueron juzgados por Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 5 de La Matanza, integrado por los jueces y Matías Mariano Deane Gabriela, Silvia Rizzutto y Javier Mario Gonzalez; mientras que el fiscal de juicio fue Alfredo Luppino.

Según las fuentes, las audiencias se desarrollaron en el edificio judicial situado en Mendoza 2417 de San Justo bajo una fuerte custodia policial ya que se temía que se produzcan incidentes entre familiares de la víctima y de los acusados.

El fiscal de Homicidios de dicho departamento judicial Carlos Arribas, a cargo de la etapa de instrucción de la causa, estableció que los imputados integraban una organización denominada «La banda de los de adelante» y que mantenía disputas con otras personas del barrio.

De acuerdo al requerimiento de elevación a juicio del expediente,  desde hacía dos semanas que entre los vecinos del asentamiento corría el rumor de que iban a atacar a Villagra debido a una vieja rivalidad con la mencionada banda, que integraría el ex edil matancero.

Durante la investigación, las hermanas de la víctimas señalaron a los ahora acusados como los autores del crimen de Villagra.

Según esos testimonios, «La banda de los de adelante» fue a buscar a la víctima directamente para matarla y para ello utilizaron armas de distinto tipo.

Las testigos coincidieron en que uno de los sospechoso portaba «una Ithaca con una tira de balas cruzada en el hombro».

«Francisco Aquino tenía dos pistolas, una en cada mano; un hombre apodado ‘El cabezón’ portaba un arma en la mano, otra en la cintura y una cuchilla; Sabrina Lizarraga tenía una campera rosada con un chaleco antibalas abajo y portaba un arma tapada con un trapo; Ana Alegre también tenía un arma y un chaleco azul; y Jonathan Quiñones tenía dos pistolas en sus mano», precisó una de las hermanas de Villagra.

La mujer también contó que «tres sujetos encapuchados hablaban como la Policía, decían ‘rodeen todo’ y hablaban todo el tiempo por handy dando órdenes».

Ante esta situación, la víctima intentó esconderse en la vivienda de una vecina pero los agresores lo descubrieron y tras cercarlo comenzaron a gritar para que saliese.

«Rompieron el chapón de ingreso de la casa, donde comenzaron a tirar tiros pidiendo que salga Javier. Entonces se metieron hasta el patio de la casa y lo sacaron», contó la hermana.

En esas circunstancias, tres de los atacantes le efectuaron varios disparos en las piernas al tiempo que le decían: «Viste que te íbamos a encontrar, tuerto hijo de puta».

Mientras que otro de los agresor le dio a la víctima varias puñaladas con un cuchillo de carnicero en la cara y en la panza, y luego todos los integrantes de la banda lo remataron a balazos cuando estaba tirado en el piso.

Luego del brutal ataque, Villagra fue trasladado de urgencia al Hospital Interzonal Diego Paroissien de Isidro Casanova, donde murió cerca de las 18.40 a raíz de las lesiones sufridas.

«Le efectuaron disparos con armas de fuego de distintos calibres en primera instancia sobre sus piernas a efectos de prolongar su sufrimiento y luego sobre toda la humanidad de la víctima, provocándole quince orificios», determinó posteriormente la autopsia. En esta instancia judicial hubieron penas de perpetua para los acusados. Mientras que el ex concejal Lizarraga se mantenía en condición de prófugo. Ahora, defendido por el Dr. Alberto Fornaro, ex Presidente del Colegio de Abogados de La Matanza; se somete a la justicia, Otro de sus hijos sigue siendo buscado.