CARTA ABIERTA DE LA F.A.M.

¿No nos estremecemos con el dolor de los jubilados?

Como representantes de los municipios de la Argentina nos preguntamos azorados ¿Qué ciudades estamos construyendo? ¿Qué valores queremos transmitir y compartir con nuestros conciudadanos? Afloran palabras como solidaridad, inclusión, integración, colaboración, pero no reaccionamos ante algo terrible que está por sucederle a nuestros queridos jubilados.

 

Estamos anestesiados, permitimos que le quiten derechos a los trabajadores e impuestos a los ricos.

La canasta básica mensual que necesita un jubilado ronda los $13.500. De sancionarse en el Congreso el proyecto de reforma previsional planteado por el Gobierno Nacional, los dos aumentos que reciben los jubilados pasarían de 12,5 % por semestre (de acuerdo con la Ley de Movilidad actual) al 5 % promedio. Y se provocará un desfinanciamiento de la ANSES de alrededor de 100.000 millones de pesos por año.

 

Llegó el momento de decir “basta”, por nuestros padres o abuelos, por los que más necesitan, por los pensionados y los que cobran la Asignación Universal por Hijo. Y, también, rechazar firmemente el desfinanciamiento de los fondos de la ANSES, que es el dinero de los jubilados y trabajadores, para pagar deudas con las provincias.

 

Que ese dinero salga de los que más tienen y no del dolor de los más débiles.

Coincidimos con lo expresado por la Iglesia Católica, a través del presidente de la Comisión Nacional de Pastoral Social, Monseñor Jorge Lugones, quien criticó con dureza la reforma jubilatoria: “Me parece una gran injusticia que los aumentos de los jubilados estén vinculados a las subas inflacionarias”, sostuvo.

 

Nos ponemos a disposición del Gobierno Nacional para integrar una mesa de diálogo y discusión con el objetivo de encontrar una solución digna respecto de los haberes jubilatorios y el sostenimiento y fortalecimiento de los fondos de la ANSES.

 

Verónica Magario

Presidenta de la Federación Argentina de Municipios