Brasil: de la izquierda instalada por más de una década a Bolsonaro, de pura derecha. En las causas por corrupción, que llevaron a Lula (líder del PT) a la cárcel; se encontraría la respuesta.
Tal como se presumía, la segunda vuelta electoral en Brasil, lo vio vencedor a Jair Bolsonaro.
El controvertido candidato se impuso por más de 11 puntos a su opositor Fernando Haddad, el postulante del PT.
Minutos después del cierre del comicio, Haddad, reconoció la derrota con (al menos) frases políticamente cuestionables. «no tenemos miedo» fue una de ellas. Se especula que podría haber sido dirigida a su propia interna partidaria, cuyo principal opositor es Ciro Gomez; aunque no sonó atinado en el momento en que fueron pronunciadas. Lo mismo ocurrió, cuando expresó » en 4 años, hay elecciones» con un claro desafío al sello triunfador de claro enfrentamiento ideológico. Ningún esbozo de acompañamiento a la gestión ni al pueblo que acompañó a Bolsonaro en las urnas, dejó demostrado que la «grieta» se profundizó en Brasil.
Si el presidente electo realiza lo que promete tendrá la posibilidad de entrar a la historia como el mandatario que obligó la izquierda socialista a reformarse, sentando un ejemplo que podrá ser tomado por varios países de la región.
Por su parte, Pablo Guedes, quien tomará las riendas económicas del Brasil; deja planteado que el Mercosur no desvela al pais hermano. No habrá preferencias comerciales con pais alguno, señalaron desde el gabinete económico que eligió Bolsonaro.
Los principales analistas políticos de Brasil, coinciden que las causas de corrupción marcaron el quiebre en la voluntad popular a la hora de ir a las urnas.