LA MATANZA: UNA DANZA DE «ROSCAS»

La interna en La Matanza está que arde; una frase muy común ante un proceso electoral. Una sospechosa polarización del escenario electoral. Una lucha interna por cargos dentro del oficialismo local y una oposición intrascendente y debilitándose. El vecino pide gestión, dice basta de inflación, y no puede pagar las nuevas tarifas en los servicios. La rosca continúa…

Tal como se reseña en tantos análisis del proceso electoral 2019, se está atravesando por el segmento de «roscas» permanentes, tal como reza el glosario político.
La Matanza, es un territorio históricamente peronista. Desde el advenimiento de la democracia en 1983, este signo político condujo los destinos del municipio más densamente poblado del conurbano.
El millonario padrón electoral matancero lo hace definitorio de contiendas provinciales y nacionales. Por ello, desde este territorio parten las miradas a la hora de generar armados.

 

ESPINOZA/MAGARIO vs MAGARIO/ESPINOZA
Mientras el oficialismo local, dirime las internas desde lo más interno: la militancia se muestra inquieta.
Fuentes del seno oficialista dicen que es Espinoza el que no termina de asumir la instancia política por la que se transita. Su ansiedad por «ser» hace que pareciera perder la objetividad del armado.
Una campaña publicitaria a duo iniciaron con el año. Todas las actividades a difundir los mostraba juntos a Verónica Magario y a Fernando Espinoza. Un intento mediático que decía algo como «La Matanza tiene 2 peronistas disponibles».
Sin embargo, puertas adentro: ambos juegan la personal para llegar a ser la representación peronista en la Provincia de Buenos Aires. Pero también son los 2 los que ponen sobre la mesa el caudal de votos que el distrito puede darles en el comicio que se viene.
Ninguna postulación hace oídos sordos al poder territorial que representa el territorio matancero. Pero cómo resolver el tema local. Hay posibilidades en danza. De necesitar un candidato: el Senador Daniel Barrera, podía ser el de consenso, aunque habría que resolver temas (por ejemplo la continuidad de algún funcionario o asistente de confianza de Espinoza y/o Magario). Otro nombre que no deja de circular es el de la Diputada Maria Laura Ramirez. La joven de Villa Luzuriaga es de máxima confianza de Espinoza, pero no cuenta con el apoyo de la militancia y no tiene buena relación con Magario, según cuentan los íntimos. Hay otros con expectativas: pero son solamente personales y esperan el llamado que difícilmente se concrete.

Este escenario podría darse si Fernando Espinoza decide que la Cámara de Diputados sigue siendo «su» lugar, mientras Verónica Magario ocupa un lugar en la nómina provincial.

SAREDI BARRIO
ACERCANDO A CAÍDOS: (mas rosca)
Por otro lado, aprovechando la interna de Cambiemos: es Espinoza quien mantiene reuniones con algunos resentidos del espacio macrista. Al parecer, en las últimas horas se habría producido el encuentro soñado por Miguel Saredi. El concejal, ya lejos del espacio de Mauricio Macri y María Eugenia Vidal; se va quedando sin los espacios obtenidos con el acuerdo del 2015. Los colaboradores de Miguel Saredi que ocuparon cargos en distintas dependencias nacionales o provinciales van recibiendo el telegrama de despido; lo que llama «persecución política». Fernando Espinoza, parece haberle abierto la puerta, ya que consideran que es una polarización poco conducente…

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CAMBIEMOS DICE CAMBIAR…(otra rosca)
Sin embargo, sorprendentemente (o sospechosamente) es Cambiemos, quien muestra un perfil bucólico cuando de «pelear» por la Intendencia se habla.
Culturalmente, La Matanza, se lanzó siempre de cara a la elección; con el sistema de estructuras aceitadas. Cambiemos rechaza ese sistema y dice apostar por «el sentido común» de los votantes. Aunque la situación social no lo certifica, dicen tener la «verdad» en las manos; mientras la trastienda dice lo contrario.
El candidato de Cambiemos es el Ministro de Educación Alejandro Finocchiaro. Un funcionario absolutamente fiel a Mauricio Macri, pero con escaso nivel de conocimiento. Una imagen poco popular para la idiosincrasia matancera.
Ellos van por un cambio cultural, así lo señalan: a la usanza Durán Barba. Al parecer, quieren repetir la epopeya del 2015.

Por lo pronto, el bloque de concejales se ve debilitado día a día. Es que si retornara a ocupar su banca Rodrigo Lasalle (hombre de confianza de Saredi), quien se desempeñó como responsable en la UDAI de San Justo del ANSES, cargo que ocupó haciendo uso de una licencia como concejal; dejaría con un voto menos a Cambiemos. Miguel Calvete está ocupando la banca que dejó vacante Lasalle. Calvete renovó su compromiso con Cambiemos hace pocos días atrás, ya que se había mostrado «indeciso» y cercano a Saredi.

Por otro lado, muy en silencio, los camiones con ayuda a los comedores comunitarios llegan desde los organismos nacionales. No difunden las actividades, fieles al perfil que los caracteriza.

No se descarta que con el correr de los días, y con otras denominaciones, armen estructura al estilo «cambiemos».