LA MATANZA: 2 DE ABRIL JUNTO A LOS VETERANOS.

Aquellos que se quedaron en Buenos Aires, fueron testigos de una nueva jornada de emoción al recordarse el 28º aniversario del desembarco en Malvinas. Un desfile de familiares acompañando los veteranos que siguen reclamando reconocimiento atravezó el centro sanjusteño por la calle Arieta, desde Juan M. de Rosas; ingresando a la plaza San Martín para ubicarse junto al mausoleo.

El impactante monumento erigido en homenaje de aquellos que protagonizaron la gesta histórica del 82 abrió las rejas que los protege para mostrar la llama ardiente y recibir lo homenajes de quienes representaban el sentir de los matanceros. Escoltados por los abanderados, veteranos del conflicto del Atlántico sur fueron colocadas ofrendas florales de sectores representativos de la sociedad. Gremios, empresarios, el ejecutivo municipal dijeron presente.

Hicieron uso de la palabra, en sentido, breve y conciso discurso el presidente del centro de Excombatientes local y el Intendente Espinoza.

El titular de Centro, R. Noble; reclamó por los derechos y reconocimientos relegados a quienes dieron la vida por la tierra reclamada, como así también por aquellos que volvieron al territorio sufriendo las consecuencias que las huellas de lo vivido padecen. También, recordó a quienes intentan denostar la validez del reclamo, que nunca defendieron una dictadura (aludiendo al gobierno de Galtieri), sino que dieron la vida por recuperar la tierra apropiada. “…cumplimos con un deber cívico.” dijo.

Mientras tanto, Espinoza; expresó el respeto y admiración hacia los veteranos como así también a sus familias que sufrieron la angustia de la vigilia interminable en sus hogares. El Intendente destacó y agradeció la tarea social que desarrollan desde el Centro que nuclea a los excombatientes, dentro del Distrito.

Un dato significativo de las alocuciones; lo brindó el responsable de los veteranos matanceros. En el año 1983, cuando poco había pasado desde el desembarco, el padrón de combatientes era de 16.694; en 1999 había alcanzado a 22.000 los inscriptos; esto habla de la inescrupulosidad de algunos que habrían reclamado a destiempo honores, para obtener inmerecidos beneficios.